TENGO UN SUEÑO
Morir y nacer
Nacer y morir cada día.
Aprender algo nuevo, romper las ataduras del pasado, hacer un cambio.
Sembrar una semilla que dé frutos de unión entre los hombres.
Cultivar un campo de energía positiva, expandir el amor, hacer del corazón un refugio de acogida para las almas.
¡Es un sueño, una ilusión, un anhelo, una fantasía o que se yo, no importa! Es algo que me mantiene viva, expectante con muchas ganas de aprender, de seguir descubriendo, cavando dentro de mí, para sacar afuera, darle vida y así poder devolver en parte la inmensidad de riqueza, de bendiciones, de oportunidad que Cafh como camino de desenvolvimiento espiritual me brinda cada día.
Todos los días tengo la posibilidad de empezar de nuevo, de conocerme un poquito más a mí misma.
De saber con qué material cuento.
Tengo un potencial muy grande para desarrollar y entregar, pero también tengo un gran obstáculo que es necesario conocer y trabajar, ese obstáculo soy yo misma que me siembra la duda y me dice yo no puedo.
Hoy, creo haber superado algo y luego mis falencias, mis debilidades, mis condicionamientos me hacen caer. ¡Qué hago! Me apoyo en mis fortalezas, mi voluntad para pararme y volver a empezar, no como una sensación de fracaso sino como un nuevo aprendizaje, una nueva oportunidad y así he ido abriendo camino paso a paso en lo pequeño, en lo cotidiano, atenta a lo que me pide el momento.
Por lo general actuamos por estímulo – reacción, si nos va bien estamos bien, si nos va mal nos desanimámos y no queremos seguir en el intento.
Anónimo