Mensaje de Plenilunio 2024

Escrito el 25/05/2024
Ana Cristina Flor


 

El mundo es mi casa, la Humanidad es mi familia. La Divina Madre está allí y está aquí, en mí. Me llama.

Voy a mi corazón.

Veo la corriente de energía que sale de mí, y veo la energía que llega a mí desde el mundo en este eterno fluir que es la vida. ¿Dónde están los límites? 

Allí, en mi corazón, encuentro mi Ser Eterno, esa luz resplandeciente que ilumina mi caminar desde el comienzo del tiempo. Allí estoy frente al Misterio, Silencio Insondable. Confío. Me entrego.

Me sumerjo en esa corriente fresca y siempre renovada. ¿Dónde quedan mis prejuicios, mis miedos, mis dudas? Se los lleva esa corriente de vida.

Desde este lugar, percibo algo. El mundo me está llamando. ¿Qué me pide? La Humanidad me llama. ¿Qué necesita? 

Despierto. Estoy en la conciencia del aquí y ahora. La Renuncia es este instante infinitesimal de conciencia, este punto de inflexión entre inspirar y espirar, entre mi voluntad y la Voluntad del Todo, la Voluntad Divina. 

Respondo al llamado de la Humanidad.

Camino el camino de la Renuncia, pequeños pasos silenciosos, pero constantes. Voy dejando una huella que muestra el camino que conduce a esta fuente de vida y plenitud, este camino que es luz en medio de la oscuridad de la ignorancia y del sinsentido.

No se trata de llegar a algún lugar, no se trata de alcanzar algo. Se trata de Ser caminando, deviniendo.

Mi voluntad se enfoca en un punto con el poder de un láser. Si quiero que algo cambie, yo soy el cambio. Si quiero que algo nuevo crezca, lo cultivo en mí. Porque mi experiencia se teje en la trama del mundo.

Soy esa pequeña onda de conciencia que se expande hasta abarcarlo todo. Lo infinitesimal hecho potencia. 

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