Cafh - Aprendiendo de la pandemia

Publicado el 16/11/2023
|

¿Cómo nos afecta la pandemia a nivel global y qué podemos aprender espiritualmente a partir de esta experiencia tan inédita en la humanidad? La pandemia nos ha colocado en una forma inapelable, frente a nuestra condición humana; frente a la incertidumbre; frente a la presencia de la muerte; y también frente a nuestra interdependencia como seres humanos, que podría decir nuestra interdependencia esencial. Uno de los rasgos más fuertes y de mayor impacto en la pandemia, como decía, es esta sensación de incertidumbre. Esta incertidumbre no solo nos alcanza a nosotros, como seres humanos comunes, sino también a todos: a los gobernantes, a los sistemas de salud. Y eso, realmente, ha sido una situación bastante nueva en la humanidad. Desde el punto de vista espiritual, la incertidumbre del mañana es en realidad un aspecto de nuestra condición humana básica. Y esto nos lleva a darnos cuenta de que a veces podemos tener la ilusión de que sabemos lo que va a pasar, de que podemos proyectarnos con nuestros planes y buscar seguridades de múltiples maneras. Pero, el futuro realmente es desconocido, es incierto. Y esta condición no sucede ahora porque estamos en una pandemia, siempre es así. Es decir, la pandemia tal vez lo que ha hecho es poner delante de nuestra conciencia, de manera inapelable, esta condición de que estamos siempre frente al insondable desconocido. El otro aspecto que nos está confrontando la pandemia es la presencia de la muerte. Hoy la muerte no es algo lejano, no es algo que sabemos, pero preferimos no pensar. Está cerca, tiene nombres, puede afectar a nuestros seres queridos, incluso a nosotros mismos. Y todos sabemos que vamos a morir. Esta es, quizás, la certeza más grande que tenemos. Sin embargo, no siempre nos enfrentamos a esta idea porque muchas veces nos asusta, nos duele, nos hace sentir pequeños, vulnerables. En fin, hace mucho tiempo los seres humanos hemos vivido y tenido la concepción de que el mundo está a nuestra disposición, la naturaleza está a nuestra disposición, todos los seres vivos están a nuestra disposición, otros seres humanos están a nuestra disposición, y que podemos controlar todo esto. Ahora creo que la realidad nos demanda una actitud mucho más blanda, más fluida, más humilde, más integrada con el todo. Nos invita a tomar otro lugar. No el de los “dueños del mundo”, sino el de ser parte del todo.