espacio de trabajo, manteniendo, de alguna manera, un equilibrio, o los valores esenciales de las relaciones interpersonales.
También en el ámbito laboral la tecnología produce transformaciones la tecnología produce transformaciones que son positivas y negativas al mismo tiempo. Se encontró que el hecho de que las personas pudieran trabajar desde sus hogares, era posible para una gran cantidad de trabajos, pero ciertamente no para todos. Esto ofrece ventajas, como que no tienes que moverte, no pierdes tiempo en el transporte, en el movimiento. Tal vez un poco más de flexibilidad en los horarios. El hecho de estar más presente en casa. De todos modos, hay algunos beneficios.
Por otro lado, también hay desventajas en esto porque, de alguna manera, el trabajo irrumpe en la casa. Es decir, es como si algo que estaba afuera ahora estuviera adentro. Y muchas veces también se vuelve invasivo, si no logramos este equilibrio, tomando esa palabra porque se usó. Y creo que esta es la clave. Si no podemos equilibrar el tiempo, a través de nuestra rutina, de nuestra disciplina personal, para delimitar qué es tiempo de trabajo y qué es tiempo de descanso, o de estar con la familia.
En otras palabras, ha sido común que, aun cuando las personas trabajaban desde sus casas, trabajaban más que antes porque no había un límite explícito para esto. En otras palabras, este es el desafío: cómo nos adaptamos. Es solo que tenemos que encontrar nuevas formas de trabajar, si esto va a durar. Si esto continúa, se hace necesario que desarrollemos otros hábitos, otras rutinas diferentes a las que hemos tenido.
No es lo mismo salir de nuestra casa a trabajar, en un ambiente totalmente diferente, que no ir a ningún lado y seguir trabajando en nuestra casa. Entonces esto implica una reacomodación de nuestros tiempos, de nuestros horarios, e incluso de nuestros espacios, porque en casa, a veces, si vivimos con otras personas, tenemos que pausar el uso del espacio y de los recursos en casa. Creo que esto es algo que la pandemia nos está obligando a hacer.
Y, por otro lado, algo que es una desventaja es que cuando las personas no se han desarrollado en un entorno tecnológico, a veces les cuesta mucho, y cuanto más mayores, más difícil suele ser hacer esa transición. Es decir, se quedan rezagados, de alguna manera, porque la tecnología evoluciona mucho más rápido, a veces, que nuestra capacidad de aprender todo esto para acertar y utilizarlo.
Creo que esto también nos lleva a desarrollar algo que nunca ha sido más necesario que ahora, que es la capacidad de aprender permanentemente. Es decir, ya no podemos quedarnos en una zona de confort de lo conocido. Es como si siempre estuviéramos desafiados a aprender más, a aprender algo nuevo, a incorporar algo nuevo. Y eso, permanentemente. Y esto también es un cambio en nuestra mentalidad.
Cualquiera de nosotros imaginaba que estudiaríamos, iríamos a la universidad y luego iríamos a trabajar. El tiempo de estudiar habría pasado entonces. Ahora, el tiempo de estudio nunca pasa. Es decir, es algo que también tiene que entrar en la ecuación de nuestra vida. Que siempre hay un momento en el que tendremos que estar aprendiendo algo. A veces puede ser algo que nos gusta. Otras veces algo que, de hecho, necesitamos. Esto también me parece una reacomodación que tenemos que hacer en estos momentos.
También en el ámbito laboral la tecnología produce transformaciones la tecnología produce transformaciones que son positivas y negativas al mismo tiempo. Se encontró que el hecho de que las personas pudieran trabajar desde sus hogares, era posible para una gran cantidad de trabajos, pero ciertamente no para todos. Esto ofrece ventajas, como que no tienes que moverte, no pierdes tiempo en el transporte, en el movimiento. Tal vez un poco más de flexibilidad en los horarios. El hecho de estar más presente en casa. De todos modos, hay algunos beneficios.
Por otro lado, también hay desventajas en esto porque, de alguna manera, el trabajo irrumpe en la casa. Es decir, es como si algo que estaba afuera ahora estuviera adentro. Y muchas veces también se vuelve invasivo, si no logramos este equilibrio, tomando esa palabra porque se usó. Y creo que esta es la clave. Si no podemos equilibrar el tiempo, a través de nuestra rutina, de nuestra disciplina personal, para delimitar qué es tiempo de trabajo y qué es tiempo de descanso, o de estar con la familia.
En otras palabras, ha sido común que, aun cuando las personas trabajaban desde sus casas, trabajaban más que antes porque no había un límite explícito para esto. En otras palabras, este es el desafío: cómo nos adaptamos. Es solo que tenemos que encontrar nuevas formas de trabajar, si esto va a durar. Si esto continúa, se hace necesario que desarrollemos otros hábitos, otras rutinas diferentes a las que hemos tenido.
No es lo mismo salir de nuestra casa a trabajar, en un ambiente totalmente diferente, que no ir a ningún lado y seguir trabajando en nuestra casa. Entonces esto implica una reacomodación de nuestros tiempos, de nuestros horarios, e incluso de nuestros espacios, porque en casa, a veces, si vivimos con otras personas, tenemos que pausar el uso del espacio y de los recursos en casa. Creo que esto es algo que la pandemia nos está obligando a hacer.
Y, por otro lado, algo que es una desventaja es que cuando las personas no se han desarrollado en un entorno tecnológico, a veces les cuesta mucho, y cuanto más mayores, más difícil suele ser hacer esa transición. Es decir, se quedan rezagados, de alguna manera, porque la tecnología evoluciona mucho más rápido, a veces, que nuestra capacidad de aprender todo esto para acertar y utilizarlo.
Creo que esto también nos lleva a desarrollar algo que nunca ha sido más necesario que ahora, que es la capacidad de aprender permanentemente. Es decir, ya no podemos quedarnos en una zona de confort de lo conocido. Es como si siempre estuviéramos desafiados a aprender más, a aprender algo nuevo, a incorporar algo nuevo. Y eso, permanentemente. Y esto también es un cambio en nuestra mentalidad.
Cualquiera de nosotros imaginaba que estudiaríamos, iríamos a la universidad y luego iríamos a trabajar. El tiempo de estudiar habría pasado entonces. Ahora, el tiempo de estudio nunca pasa. Es decir, es algo que también tiene que entrar en la ecuación de nuestra vida. Que siempre hay un momento en el que tendremos que estar aprendiendo algo. A veces puede ser algo que nos gusta. Otras veces algo que, de hecho, necesitamos. Esto también me parece una reacomodación que tenemos que hacer en estos momentos.